Un día un chico llamado Sebastián
que era motorista, participó en una carrera decisiva, por una carretera de 1000
km, situada en un campo con muchos jardines y árboles. Empezó la carrera que
duraría más o menos 7 horas. Sebastián había empezado en primera posición y
estuvo primero hasta que se desconcentró porque había ocurrido un accidente que
lo dejó en cuarta posición. Se fue al taller donde le cambiaban las ruedas y le
ponían combustible. Salió del taller cuando aún no le había adelantado el
quinto y pudo adelantar al que iba delante de él, para quedarse en tercera
posición. Solo quedaban 20 km de carrera. El segundo era un motorista que hacía
muchas trampas para poder ganar. Sebastián pensó que si lo adelantaba muy
rápido el segundo no le podría hacer ninguna trampa. Lo intentó y le salió bien
la jugada. El primero sería más fácil de adelantar porque le quedaba poco
combustible y ya quedaban 15 km de carrera. Se le acabó el combustible al
primero en la penúltima vuelta y le pudo adelantar fácilmente. Quedó victorioso
una vez más en su vida profesional como motorista. Y su familia se alegró mucho
y también su mejor amigo Paco.
Autor :
Víctor Manuel González Mora. 1º ESO B
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