Érase una vez un
paisaje muy bonito donde había un lago lleno de peces. Alrededor había un
motorista que iba con su moto a casa de sus padres a visitarlos. El camino a
casa de sus padres era de 1 hora y 34 minutos, la verdad es que llegaba un poco
cansado. Al llegar vio que no había nadie en casa de sus padres porque estaban
todas las luces apagadas. Tocó a la puerta, vio que para volver a su casa le
llevaba mucho tiempo, entonces sacó unas mantas de debajo del sillón de la moto
y se acostó en la puerta de casa hasta que llegaron sus padres, con un coche
marca audi con el que habían salido a dar un paseo. Al llegar los padres
despertaron a su hijo que estaba durmiendo en la puerta y le dijeron: ¿qué
haces aquí hijito? y él les respondió: ”nada, es que como vine a visitarlos y
no estaban, pensé que volver a mi casa me llevaba mucho tiempo y entonces saqué
unas mantas que tenía debajo del sillón de la moto y me quede aquí”. Luego
entraron los 3 a la casa, cenaron y se acostaron. Al día siguiente se fue a dar
un paseo con su moto a ver qué se escondía detrás de la niebla. Se escondían
montones de casas antiguas. Vio un restaurante al que decidió ir a comer. Allí
se pidió un escalope con papas, una cocacola y de postre un pedazo de tarta.
Cuando terminó se fue con su moto a dar una vuelta por el pueblo, se acercó a
la casa de sus padres a despedirse y luego se fue porque el trayecto hasta su
casa era muy largo.
AUTOR: GERARDO GONZÁLEZ MERA. 1º ESO B
No hay comentarios:
Publicar un comentario