domingo, 22 de noviembre de 2015

La muerte inesperada


Aquel día por la mañana no lo olvidaré en mi vida porque nada más levantarme, fui a la habitación de mi padre y me metí en el armario para asustarlo cuando se despertara. Pero no todo fue como pensé, de repente entró un extraño hombre y ejecutó a mi padre, yo aterrorizado esperé a que se fuera. Cuando escuché el ruido de una moto salí silenciosamente del armario y corrí hacia un pueblo que estaba a unos pocos metros de allí. Corrí como nunca había corrido y lloré como nunca había llorado. Al llegar al pueblo le toqué el timbre a mi tía Aurelia para contarle lo sucedido.

Ella se entristeció pero me dijo que había sido muy valiente por haber aguantado dentro del armario en silencio y sin sospecha. Mi tía llamó a mi primo Pablo que es agente especial de la policía y fue a la mili. Al llegar le conté lo sucedido. Él me llevó a su guarida donde había ordenadores, tablets, teles, un proyector e incluso una mesa táctil. Pablo, me dijo:

-¿Puedes decirme cómo es la cara de ese hombre?


Yo con el susto todavía en el cuerpo le dí todos los detalles posibles. Él creó un retrato robot a partir de mi descripción y la pasó por reconocimiento facial para ver si había alguien que se le pareciera. Salió un tal Williams Simon. Pablo y yo nos equipamos con chalecos antibalas y armas pero, lógicamente los llevaba él y sus compañeros, yo solo pude equiparme con un chaleco antibalas y granadas de humo. Fuimos a un apartamento a unos kilómetros de allí. Al llegar, derribaron la puerta. Lo encontramos en el sillón,  intentó huir pero yo corrí hasta donde supuse que iba a ir y, sí, pasó por allí. Le tiré una piedra y le dí en su mano, su arma se cayó, yo la recogí y le pegué un tiro en la pierna. Simón cayó, le pusimos las esposas, y le encarcelamos. En ese momento me sentí pletórico por encontrar al hombre que mató a mi padre. Pablo me llevó a su casa y me crió hasta los 18 años, a esa edad decidí ser de las fuerzas armadas de mi primo mayor. Desde ahí resolvemos casos casi imposibles.

AUTOR: JAVIER VIZCAÍNO PERERA. 1º ESO B

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