domingo, 22 de noviembre de 2015

Una semana de susto


Hola, me llamo Michael, mi historia empezó una mañana en el campo. Era un 24 de abril, en 2015. Me había despertado por culpa de unos gritos que se oían a lo lejos de mi casa, eran unos gritos como si estuviesen matando a alguien. Rápidamente me vestí, cerré todas las puertas y las ventanas de mi casa, comí y preparé una mochila con las cosas que me iban a hacer falta.

Cogí las cosas, preparé la camioneta y fui a investigar. Casi al llegar al sitio, los gritos ya habían dejado de oírse, como si alguien quisiese llamarme la atención para ir a investigar. Al calmarse los gritos, me asusté porque de tantos árboles se veía oscuro.

Cogí la linterna y me seguí adentrando en el bosque caminando, al rato se oyeron cosas moviéndose entre los árboles y arbustos, rápidamente se me apagó la linterna, sentí una presencia rara, y así fue, alguien me cogió y me llevó a algún sitio raro con los ojos vendados y las manos atadas a la espalda, sentí que me sentaban en una silla o algo, estaba temblando y con mucho miedo dentro.

Me quitaron la venda de los ojos y delante de mí vi a alguien vestido de negro de pies a cabeza, me dijo que si intentaba hacer algo me iba a pasar algo malo.

Al cabo de tres días seguía allí, pero el/ella me alimentaba todo lo que hiciera falta, yo lo veía raro en una persona así.

Al final de la semana me volvieron a quitar la venda de los ojos. El que lo había hecho había sido mi hermano mayor, para aprender que no todos los hombres y niños no eran valientes, por una cosa que había pasado una vez.

AUTORA: PAULA SANTANA ORTEGA. 1º ESO B

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